Historia corta.
Había una vez una mujer llamada Elizabeth y un hombre llamado Peter. Elizabeth era una mujer madura y sabia, mientras que Peter era un hombre joven y apasionado. A pesar de que eran de edades diferentes, se conocieron en una fiesta y rápidamente se dieron cuenta de que tenían mucho en común.
Un día, mientras paseaban por el parque, Elizabeth y Peter se toparon con una anciana que les ofreció una poción mágica que les permitiría intercambiar cuerpos por un corto período de tiempo. A pesar de que al principio estaban un poco reacios, finalmente decidieron probar la poción.
Al instante, sus cuerpos se intercambiaron. Elizabeth se encontró en el cuerpo de Peter y Peter en el de Elizabeth. Al principio, fue un poco difícil acostumbrarse a sus nuevos cuerpos, pero pronto comenzaron a disfrutar de la experiencia.
Elizabeth se dio cuenta de lo joven que se sentía en el cuerpo de Peter y cómo le gustaba la sensación de tener más energía y menos responsabilidades. Peter, por su parte, disfrutó de la sensación de ser una mujer madura y de tener la oportunidad de ver el mundo a través de los ojos de Elizabeth. Juntos, decidieron aprovechar al máximo su tiempo en sus nuevos cuerpos y hacer cosas que nunca habrían hecho antes, como probarse ropa interior femenina por parte de Peter
Por parte de Elizabeth, pues digamos que ella se enfoco en ver mas su nuevo físico de hombre, el cual le llamaba mucho la atención, ya que Peter estaba en una muy buena forma física, lo cual Elizabeth, dejo de admirar.
Y si algo amaba Peter eran sus nuevos pechos de señora madura, era tan pachoncitos, suaves y lindos que no podía dejar de tocárselos.
Al final los dos cayeron en la tentación de sus nuevos y calientes cuerpos, así que fueron con la anciana mágica para sellar el hechizo y les dijo que tenían que tener relaciones para sellarlo, así que los dos se pusieron manos a la obra.
Que bien empezar el año con una buena historia
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Borrarpara cuándo mas historias así
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